miércoles, 19 de febrero de 2014

La mentira de las estrofas pares.

Ahora que ya no te duelo o que eso parece,
que ya no te enloquezco ni por ellas enloqueces.

Ahora que en cada estrofa ya no te me apareces,
que a ratos aunque te piense ya no me escueces.

Ahora que no hay quien me saque de entre estas paredes,
que fumo y fumo aún sin querer y tú no me reprendes.

Ahora que ya nunca dudo de si fui cobarde o valiente,
que ya no me toco pensando en el bailar de tu vientre.

Ahora que se muere de asco en el último cajón tu cepillo de dientes,
que me lleno de vacío al follar por follar con cualquier cara bonita cada viernes.

Ahora que ya no tuerzo con terror nuestras esquinas de siempre,
que ya no lleva tu nombre el humo de este cigarrillo ardiente.


lunes, 17 de febrero de 2014

¿Qué te voy a decir?

Que no estaría mal si siguiésemos recorriendo eternamente 
las calles de aquella fría ciudad europea en la que fuimos felices.

Que ya probé tantas mujeres como hace tiempo desee y que ninguna 
ha estado ni cerca de igualarte, y menos aún desnuda, y menos aún vestida.

Que ni yo acabo de entender los motivos de este adiós que te ha partido en dos,
que nos ha partido en dos, que nos ha dejado en cuatro y nos ha deshidratado.

Que no hay quien olvide tu boca semiabierta ni tu torso desnudo de miedos y de ropa,
ataviado siempre con collares cuyo sonar metálico al son de nuestro sexo se resiste a abandonarme.

Que te recuerdo todos y cada uno de los putos días que paso atrapado en esta asfixiante
realidad rodeada de espacios cerrados y añoranzas de grandeza que me entristecen y avergüenzan.

Que te juro que te di todo lo que en cada momento supe dar
y que sigo escribiendo sobre ti porque nada consigue dolerme como tú.

Que todavía me recorre un escalofrío cada vez que recuerdo cuando te hice llorar,
y que seas muy feliz, que seguro que lo serás. Y que lo sea yo, que seguro que lo intentaré.


domingo, 16 de febrero de 2014

El arte de los artistas sin arte.

Soy la tristeza de los que vinieron para asistir al funeral de los sueños,
la rendición final de quienes quisieron ser lo que nunca fueron.

Soy la pena sosegada de las flores que no florecieron,
la violenta implosión de los cantantes sin voz y los poetas sin versos.

Soy el desconsuelo de las nubes negras que no trajeron tormenta sino tormento,
la futilidad de los huracanes sin viento, el silencio de los sabios perplejos y los cuentistas sin cuento.

Soy el naufragio en las noches aciagas y los días apocados,
el agrio adiós sin abrazo de los pasos levitados que saludaron pero pasaron de largo.